Informe sobre el estado
de la economía
A medida que nos adentramos en la segunda mitad de 2022, la inflación sigue siendo el centro de atención, pero los mercados pueden estar mirando ya un paso por delante: una posible desaceleración económica o una recesión inminente. Los expertos señalan que los niveles de mercados de renta variable, renta fija o materias primas dibujan un escenario de crecimiento más lento. La semana cerraba con caídas relevantes en Nasdaq (-4%), en Europa de -2.4% y China continuando la recuperación de niveles (+1.65%). El semestre deja algunos niveles no vistos desde 2020: Nasdaq -28.90%, SP500 -19.75% o Eurostoxx50 en 19%. El índice global de renta fija caía una media del -10%.
Aunque la probabilidad de una recesión está aumentando, en la opinión de los bancos de inversión, todavía no ven la posibilidad de una recesión profunda o prolongada. En este contexto, es posible que los mercados ya valoran una recesión poco profunda y que se ha empezado a avanzar hacia un proceso gradual de “tocar fondo”.
Renta variable: por su nivel, han descontado la mayor parte de la recesión.
Los expertos señalan que el SP500 ha cerrado el primer semestre con una caída cercana al 20%, lo que clasifica como “mercado bajista”, siendo una señal de que la economía está en posicionándose hacia una recesión Desde 1950, casi el 70% de los mercados bajistas han coincidido con recesiones. Los equipos de economistas, prevén una recesión en el 4T22/1T23. Un análisis de la historia -a nivel de bolsas- nos muestra que los rendimientos históricos medios del SP500 antes de una recesión son de un -27%, y en el curso actual, lleva un -20% aproximadamente: esto sugiere, según los expertos, que una gran parte del ajuste de la recesión ya se ha realizado, aunque pueda producirse algún rebasamiento de niveles. Los múltiplos de valoración (PER) suelen cotizar a 13x -14x cuando se entra en recesión y actualmente se está más cerca de estos niveles (desde niveles superiores al 20x). Lo que preocupa a los expertos, es que el consenso de analistas apenas han revisado a la baja sus expectativas de beneficio por acción para 2022, lo que podría lastrar el rendimiento de la renta variable.
Renta fija: Las curvas de rendimiento se aplanan
Si bien los tipos han subido drásticamente este año –al ritmo de la inflación y las expectativas de actuación de la Fed-, pero parece que se ha estabilizado. El bono del Tesoro US a 10 años, por ejemplo, tocó máximo del 3,5% a principios de junio, pero terminó el mes al 3,0%. Este movimiento a la baja de los tipos, se debe probablemente a la preocupación sobre el crecimiento económico, y quizás también a una respuesta de “huida hacia la calidad” por parte de los inversores (que los tipos de largo plazo se contengan, lo que podría decir según los expertos que la economía no está aún preparada para grandes cambios…). Por otro lado, la llamada “inversión de la curva” de tipos, se consolida con más fuerza. Y esto es debido a que ahora, los tipos de corto plazo suben más fuerte que los de largo. Históricamente, según los expertos cuando se invierte se considera una señal de desaceleración / recesión (no obstante, hay que dar tiempo a que madure esta situación para que sea confirmatoria). Pero también consideran que esta caída de los tipos de largo plazo, indica una moderación de la inflación en el futuro. Y esto sí que lo descuenta, la curva de inflación futura a 5 años.
Materias primas: la demanda mundial podría relajarse.
El sector energético y las materias primas han alcanzado niveles históricos en menos de 18 meses.. Pero últimamente los expertos señalan que se llega a ver que los mercados de materias primas vuelven a relajarse (metales industriales, agricultura, e incluso energía).
Desde un punto de vista teórico, según su punto de vista, las decisiones de los bancos centrales no suelen afectar directamente a los mercados de materias primas. Pero a medida que la Fed y otros bancos centrales suben los tipos para luchar contra la inflación, los mercados de materias primas pueden reflejar la preocupación por la desaceleración del crecimiento y debilitamiento de la demanda, debido a costes de financiación más cara. En resumen, caen los precios, porque “financiarse” se hace más complejo.
CONCLUSIONES:
Como indica el artículo anterior, hay un consenso general con la idea de que el mercado necesita un reajuste significativo de las expectativas de beneficios de las empresas, ya que aún se mantienen con pocos cambios (a pesar de precios al alza y coste de financiarse mayores), pero la cuestión es si se dejaría perdurar en el tiempo una “caída libre” de empresas, teniendo en cuenta el periodo que se está atravesando actualmente (conciliar los efectos de una pandemia, una intervención fiscal y monetaria sin precedentes, una guerra en Europa y una inflación galopante, todo el coctel a la vez..).
Por otro lado, los argumentos en contra una recesión duradera, también son válidos con un mercado laboral que se aun encuentra en mínimos históricos de desempleo en EEUU y en Europa aun recuperación. La Fed ha sido muy clara con su compromiso de frenar la inflación y, aunque puede ser impasible a la caída de las bolsas (no es su punto de atención), un empleo destruyendo puede cambiar su tono rápidamente. Comienza a verse algunas empresas anunciando planes para frenar la contratación o reducciones de plantilla. El sector tecnológico en el punto de mira, pero últimamente ha empezado a aparecer en otros sectores.
¿Hay luz al final del túnel?. Los analistas invitan o no ignorar los aspectos técnicos comentados anteriormente, y algunas de las mejoras que se han visto en las últimas semanas. El ejemplo es China: China se encuentra hoy en una posición mejor que hace unos meses, mientras que el posicionamiento y el sentimiento se mantienen cerca de mínimos históricos (indicador contrario de inversión), con una economía preparada para despegar mejor después de cientos de ajustes y bloqueos. Los bancos centrales han iniciado esta fase de “transición y ajustes” y en sus manos queda el nivel de crecimiento deseado; encontrar el equilibrio será clave, pero sin poder equivocarse en el proceso. Llegados a este punto los expertos recuerdan que la historia ndice que tras los mínimos del mercado, las recuperaciones 12 meses después suelen ser relevantes; evitar los extremos en las tomas de decisiones, sobre todo cuando el nivel de sensación de pánico es muy alto, es la clave para recuperar terreno.
Julio 2022.